Desconozco hasta qué punto la ciencia actual conoce los mecanismos que suceden en el cerebro humano cuando aprendemos. Pero creo que la práctica de una habilidad cognitiva, pongamos; la escritura, provoca «algo» en nuestra masa gris que conduce decisivamente a su aprendizaje. Y, aunque unos aprenden con más facilidad que otros, ni el más excelso genio de la humanidad nace sabiendo.
Cómo decía un ilustre personaje (posiblemente Tomas A. Edison):
«El resultado es uno por ciento de inspiración y noventa y nueve por ciento de transpiración».
O como decía otro famoso artista (posiblemente Picasso):
«La inspiración existe, pero es mejor que te pille trabajando».
Centrándonos en la escritura
¿Qué ocurre cuando, para escribir, hacemos un uso intensivo de la IA generativa? ¿Qué ocurre cuando, además, aún no se ha desarrollado lo suficiente esa habilidad (como ocurre en las edades escolares)? Aplicando aquella máxima lógica llamada silogismo, no queda más remedio que concluir que la habilidad de escribir no se desarrollará. O al menos, no lo suficiente.
El brillo de la IA generativa puede convertirse en la sombra del género humano
Cuando escribimos ordenamos nuestras ideas, no importa tanto si lo hacemos con mejor o peor estilo, basta con que el mensaje se entienda. El intenso y consciente proceso por el que pasamos hasta redactar ese mensaje, es lo que desarrolla la habilidad de escribir. Y aún más: ¡de pensar!
La voz de Naomi Baron
Estoy convencido de que estos pensamientos, que con más o menos acierto barrunto, son compartidos por muchas personas. Y aunque no dejan de ser opiniones y no hechos probados, la voz de Naomi Baron sintoniza y hace resonar esta idea que, por otra parte, parece evidente.
En la entrevista publicada por «El País» esta ilustre lingüista nos advierte de que las tecnologías digitales no han tenido un impacto especialmente positivo en el desarrollo de la escritura y que la IA Generativa, el último bombazo tecnológico, puede llevar a un empobrecimiento de la escritura, que está resultando cada vez más homogénea, plana y anodina.
¿Qué es un LLM?
Large language model (LLM), es el modelo de IA que genera los textos, es lo que hay en el corazón de por ejemplo, ChatGPT.
Y es que, teniendo acceso a un buen LLM, ¿quién puede resistirse a usarlo para desarrollar sus ideas, elaborar su ensayo, resolver sus deberes, escribir su informe, responder sus emails, generar el próximo artículo del blog, escribir su TFM, etc, etc, etc?
El ser humano, por naturaleza, es perezoso
Las obligaciones impuestas por una precipitada sociedad occidental, enloquecida aún más por la inmediatez digital, fagocitan despiadadamente nuestro tiempo. En este contexto, ¿quién se resiste a delegar sus escritos a la IA? ¿Estamos asistiendo al inicio de un colapso cultural?
Qué ironía, que el momento de mayor esplendor tecnológico pueda derivar en el de peor nivel cultural. ¡Urge fomentar en educación las tareas que desarrollen la creatividad y el pensamiento de los estudiantes! Y priorizar este trabajo en el aula, único lugar donde existe el control adecuado del estudiante para evitar el uso de tecnologías, que mal utilizadas, limitan el aprendizaje. Hay que buscar herramientas que exigen la intervención del estudiante para construir, y huir de las que lo dan todo construido. Por eso, aplicaciones como LearningML y Scratch pueden ser de mucho valor para liderar esta transformación educativa tan necesaria. ¿Te animas a probarlas?